miércoles, 26 de mayo de 2010

EL LIBRO MÁGICO

¡Hola! Me llamo Marta, tengo 8 años y vivo en Argentina. Tengo muchos amigos y con ellos, cada día, hago muchas aventuras. Una de ellas, ésta la hice yo sola, os la voy a contar.
Una vez, estaba en mi casa leyendo un libro de fantasía. Iba sobre una esfinge que destrozaba la casa de Titu, el gigantesco alienígena. De repente...¡¡¡el alienígena saltó del libro!!!

-¡Hola, me llamo Titu! ¿Y tú?-dijo el alienígena.

-Yo...me llamo Marta, pero, ¿tú qué haces aquí?-respondió Marta asombrada.

-Estoy aquí, porque estaba en casa de mi amigo Toti, y él se fue al baño, y como soy muy curioso descubrí una puerta secreta y...¡Por eso estoy aquí!- le dijo el alienígena.

-Aaahhh-Dijo la niña otra vez asombrada.

-¿Quieres venir conmigo al País de los Juguetes, que es dónde vivo?- dijo el alienígena.

-¡¡¡Vale!!!-Afirmó Marta.

A continuación, nos sumergimos en el País de los Juguetes.

-¿Es así tu país?-dijo la niña asombrada

-Sí- respondió

Se hicieron muy buenos amigos. Esto es el país secreto de Marta...no se lo digáis a nadie, ¿vale? Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Marina Gutiérrez

EL CONCURSO

Un día Raquel y Sonia estaban en clase de plástica. Hoy les tocaba dibujo libre y podían dibujar lo que les apetecía.

-¿Tú qué vas a hacer?-dijo Raquel aburrida.

-No sé, puede que haga un paisaje de invierno, con el portal de Belén -contestó Sonia.

-¿Y tú?-preguntó Sonia a Raquel.

-Yo voy a hacer a mi familia en la playa-replicó Sonia.

Cuando terminaron, todos los dibujos los colgaron en el corcho de su colegio, para hacer un concurso de dibujos.

-Nosotras hemos hecho los mejores dibujos-dijeron las dos juntas.

-Y los ganadores o ganadoras de este concurso son...-dijo el director del colegio.

-¡¡¡¡¡Sonia y Raquel!!!!!- exclamó el director.

Sonia y Raquel vivieron contentas por ese trofeo que les dieron.Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Marina Gutiérrez

Un viaje en tren

Esta mañana me ha costado levantarme. Mi madre ha entrado en mi habitación y me ha dicho en voz baja:

-Levántate, perezoso, que nos vamos de viaje. Pensé que estaba soñando. No recordaba que la noche anterior habíamos planeado un viaje en tren.

Entre las prisas y los nervios, desayuné y me vestí para la ocasión. Mientras mis padres se preparaban, recordé que iba a llevar mi mochila y fui a por ella, metí mi consola con todos los juegos y varios libros. Mis padres me llamaban: nos íbamos.

En el trayecto de mi casa a la estación fuimos en autobús. Al llegar a la estación nos dirigimos a la taquilla a comprar los billetes. La espera fue corta, por megafonía anunciaron nuestro tren. Estaba emocionado porque nunca había montado.

Me puse a ver a las personas que pasaban con maletas, bolsos y corrían de unos andenes a otros.

Esperamos cerca de la vía y cuando llegó, subimos. Una vez en mi asiento me puse a mirar por la ventana. ¡Qué bonito y diferente se veía todo! El campo estaba tan cerca de nosotros que casi tocaba las flores.

El viaje fue corto, pero vi muchas cosas que en la calle donde yo vivo no las veo y me las imagino.

Quizá otro día volveré a montar en tren.

Jesús del Castillo.