viernes, 26 de febrero de 2010

EL BURRO RAPERO

En un precioso día de verano, sofocante y aburrido, de 1983, en la ciudad de los animales, no había nada que hacer. La tele, la mayoría de las veces era aburrida, debido al año en el que se cuenta esta historia. No se podía salir a la calle ni un minuto ya que nadie sobreviviría y, por si fuera poco, los habitantes de aquella ciudad estaban gordísimos, todos, excepto un animal, el “burro limpio”. En esa ciudad era normal el estar gordo y sucio, para todos, para todos excepto para él. Esta es la historia.
El burro tenía dos grandes sueños; que la gente de esa ciudad se cuidase, aunque solo fuese un poco, e inventar una nueva música y ser el más grande de todos con la música que inventase. Pero también sabía que si no mentía, haciéndose pasar por sucio, o conseguía que la gente se hiciese limpia, jamás publicarían su nueva música, por el mero hecho de que él era limpio y el resto no.
El burro se pasaba todo el día pensando en esa nueva música, y por casualidad, cuando tuvo que hablar con su vecino don Cocodrilo le salió este nuevo ritmo hablándole de esta manera:
-Miiira, chaval, te lo voy a contar,
el ser limpio no es maaalo
es que tú eres un pesado,
tú me puedes insultar
pero a eeeso los dos sabemos jugar.

El burro se dio cuenta de que ese podía ser el nuevo ritmo que andaba buscando. Ahora sólo faltaba que se ensuciase lo máximo posible para dar una nueva imagen. Pero era incapaz de hacerlo ya que se había estado cuidando toda su vida. Leyó el periódico donde vio que una nueva tienda de bromas y camuflaje había llegado a la ciudad. Fue a la tienda con un manto sucio y unos viejos zapatos que olían fatal. Eso era normal allí, así que pasó desapercibido. Pidió una dentadura en mal estado y ropa de chulo hecha jirones, anillos de oro, etc. Con esta nueva imagen fue a la cadena musical, les contó que había descubierto una nueva música.
El productor dijo:
-¿Cómo has llamado a esa nueva música?
El burro contestó después de pensar un rato:
-Mmmmm, ¡raaap!
En ese momento, prepararon todo para entrar en cadena. Cuando estaban emitiendo como al burro no se le ocurría otra canción, cantó la que le dijo a su vecino:
-Miiira, chaval, te lo voy a contar,
el ser limpio no es maaalo
es que tú eres un pesado,
tú me puedes insultar
pero a eeeso los dos sabemos jugar.

Cuando en todo el mundo se escuchó esta música, dejaron de ser unos gandules y unos desaseados. Entonces el burro hizo este comentario:
-Tengo que hacer una confesión, aunque me dejéis de querer por esto, yo soy limpio, y, ya que mi primer sueño se ha cumplido, me gustaría que el otro también. Por favor, sed todos limpios, qué podemos perder, además viviremos más tiempo. La gente del mundo empezó a hacerle caso, y gracias a él se abrió una nueva etapa en la historia a la que llamaron “La edad del rap” y otros “La edad del burro”, y algunos “La edad limpia”.
David de Castro

3 comentarios:

Unknown dijo...

MUYYYY BUENO, ESTA GENIAL ES GRACIOSO, DIVERTIDO E INGENIOSO
MUY BIEN DAVID EN CLASE CUANDO ESTAS SENTADO AL LADO MIO ERES UN POCO PESADO.... PERO A LA HORA DE ESCRIBIR CUENTOS SE TE DA MUY BIEN.
alba

Unknown dijo...

MUYYYY BUENO, ESTA GENIAL, ES GRACIOSO, DIVERTIDO E INGENIOSO
MUY BIEN DAVID EN CLASE CUANDO ESTAS SENTADO AL LADO MIO ERES UN POCO PESADO.... PERO A LA HORA DE ESCRIBIR CUENTOS SE TE DA MUY BIEN.
alba

Anónimo dijo...

es verdad David , este cuento,es muy gracioso.Al ver el título ,ya te parece gracioso.