miércoles, 28 de septiembre de 2011

¡AY, QUÉ HAMBRE TENGO!


Pepe  era  un  niño  muy listo pero  siempre tenía  hambre.
Él quería ser cómo su profesor de Religión, pero sigamos con su enfermedad del  hambre.
Un día, vio en  un bar de su barrio un cartel.
Pepe le dijo a su padre:
-¿Podemos entrar en el bar?
-¡Si hijo, cómo no!- le contestó.
-Gracias papá- le dijo Pepe.
Pepe, entró y se encontró en el paraíso del chocolate. ¡Envidia, ehh!
Con lo que comió ese día nunca más volvió a comer entre horas.
Daniel Álvarez Villegas 5º

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