Cuando Juan leyó lo que ponía en pequeño se preguntó:
-¿Dónde estarán esos tesoros?
-Pues no lo sé- dijo uno de sus amigos.

-¡Puuuummm!-
-¿Pero qué ha sido ese ruido?- dijo Juan.
Decidieron seguir subiendo. Cuando llegaron a la cima delante del tesoro había un monstruo: era feísimo, como una mezcla de perro, gato y corzo. Juan le dijo al monstruo que no querían hacerle daño, pero no le entendió. El monstruo parecía enfadado y uno de sus amigos fue por detrás del monstruo sin que se diera cuenta. No podía porque el camino estaba lleno de rocas. El monstruo se dio cuenta y...
CONTINUARÁ... Historia Intermable. 3ª Parte
Irene de Blas
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