Antes puedes leer:
El
monstruo se dio cuenta y ¡fas! le había empujado y casi se cae por la
ladera de la montaña. Después de haber pasado un buen rato pensando a
uno se le ocurrió una idea:
- ¿Por qué no lo intentamos pidiéndoselo por favor?- dijo uno.
-¡VALE!- respondieron los demás. Entonces se lo pidieron y les dijo un acertijo:
-¿Cuál es el mamífero que por la mañana anda a cuatro patas, al mediodía a dos y por la noche a tres?-preguntó.
-¡Sé cuál es!... es el hombre- dijo otro.
-Pues... es verdad. Podéis pasar- les dijo haciendo una reverencia.
Entraron
en el templo y se encontraron con un montón de pruebas muy difíciles.
Las tres primeras eran de fuerza y las demás de inteligencia. !Ah¡ había
como unas quince pruebas. Para llegar al interior y conseguir el tesoro
tenían que superar al menos siete.
Cuando llegaron a la última no
sabían
qué hacer, así que como ya habían pasado más de once pruebas pasaron de
ella. Llegaron a donde estaba el tesoro intentaron abrir el cofre pero
no pudieron. A unos metros había una llave dorada y reluciente pero
antes había como una fórmula matemática:
100+450*65-30=.... .
-¿Cuál será el total?- dijo un niño.
-¿Hay alguien ahí?¿tienen una calculadora?- dijo Juan.
-Cómo va a haber alguien aquí- dijo otro
-Cómo no lo va a haber, sí hay alguien, yo- dijo una vocecilla.
De repente salió una muchacha vestida de azul que tenía una calculadora.
-Te lo dije sabía que allí se movía algo- dijo Juan.
Le
preguntaron si les podía dejar la calculadora. Les dijo que sí,
pusieron la formula y les salió este resultado que dijeron en voz alta:
100+450*65-30=35720.
Se abrió el tesoro donde ponía:ESTO ES UNA BROMA DEL DÍA DE LOS SANTOS INOCENTES.
Irene de Blas Álvarez
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