martes, 24 de enero de 2012

EL CONEJO QUE SE FUE A LA LUNA.

Un día, el ancianito que habita en la luna miró abajo hacia un gran bosque en la tierra, y vio a un conejo, un mono y a un zorro viviendo juntos, compartiéndolo todo como muy buenos amigos.
-Me pregunto cuál de ellos es el más bondadoso- se dijo a sí mismo- Creo que bajaré a ver.
Entonces el ancianito se convirtió en un mendigo y bajó de la luna al bosque donde estaban los tres animales.
-¡Por favor!, ayúdenme- les dijo- Estoy muy, muy hambriento.
-¡Oh, qué pobrecito viejo mendigo!- dijeron los tres animalitos, y fueron rápidamente a buscar algún alimento para el mendigo.
El mono, trajo muchas frutas. Y el zorro pescó un gran pez. Pero, el conejo no pudo encontrar nada que traer.
-¡Oh Dios!, ¿qué hago yo?- se lamentó el conejo. Pero entonces, tuvo una idea.
-¡Por favor!, señor Mono y señor Zorro- dijo el conejo- ¿podéis reunir algo de fuego para mí y hacer una gran fogata con la madera?
Ellos hicieron lo que les pidió el conejo, y cuando el fuego estaba ardiendo, el conejo le dijo al mendigo:
-Yo no tengo nada que darte, así que me pondré yo mismo en el fuego, y entonces cuando yo esté cocinado, tu podrás comerme.
El conejo iba a saltar hacia dentro de la fogata para cocinarse a sí mismo, pero entonces, repentinamente, el mendigo se convirtió en el viejo hombre de la luna.
-Has sido muy bondadoso, señor Conejo- dijo el anciano- Pero nunca deberías hacer nada que te haga daño. Como me has demostrado ser el más bondadoso de todos, te llevaré a vivir conmigo a mi morada.
Entonces, el viejo hombre de la luna tomó al conejo en sus brazos y se elevó con él hacia la luna.

Este cuento lo ha copiado Xavier Broncano

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