Estaban jugando en la orilla del río, cuando de pronto, el topo se cayó :
- ¡Lucas! ¡No sé nadar! ¡Ayúdame!
- Aguanta Ramón, dame la mano.
- No llego, y además, casi no veo tu mano.
Lucas fue lo más deprisa que pudo a buscar una rama para ayudar a su amigo.
- Agárrate a la rama, Ramón.
- No puedo.
Por más que lo intentaba, no lograba salir del agua.
De repente, aparecieron más animales al oír los gritos tan alarmantes de Ramón y Lucas.
-Chicos, ¡ayudadnos !, no alcanzo a Ramón, se está quedando sin fuerzas.
-No te preocupes, vamos a hacer una cadena y entre todos llegaremos a por él.
Así lo hicieron, hasta tener una cadena tan larga como para alcanzar a Ramón.
-Tranquilo, ya te sacamos, agárrate fuerte.
-Ya te tengo, tirad fuerte, sacadme por favor.
Al fin, entre todos, pudieron salvar a Ramón.
-Gracias chicos por salvarme la vida, pensé que no salía.
-Para la próxima vez, no te acerques tanto al borde del río.
-No me suelo acercar, pero como no veo bien...
-Menos mal que te hemos oído.
-¿Sabéis lo que vamos a hacer? ¡Una fiesta! Os invito a todos a merendar a mi casa.
-¡Bien por Ramón!
-¡Bien!
Y gracias a la amistad de todos los animales, pudieron celebrar que seguían todos juntos.
Rafa González
No hay comentarios:
Publicar un comentario