jueves, 26 de enero de 2012

El espectro del aula

Sé que esta historia puede ser algo increíble, muy difícil de creer, pero a Rubén, a Xavi, a Sara y a mi, nos pasó hace poco...
Era un día gris, la lluvia lo inundaba todo. Desde el amanecer, hasta la hora de acostarnos llovió, aunque esa noche no creo que ninguno de nosotros haya podido dormir. Era la hora del almuerzo en nuestro colegio y nos tocó quedarnos en el salón a escaparnos. Estábamos hablando bobadas, como casi siempre hacíamos. Éramos en total diez personas las que estábamos juntas en un rincón del salón. Había muy poquitas personas aparte de nosotros, y todos sentados en el suelo, escuchando música, tocando guitarra, en fin...
-¡Ahhhhh! grito Sara -escuchamos gritar a una de las chicas y a Sara que estaba con nosotros, nos asustamos y miramos hacia el lugar en donde ella estaba mirando.
Allí, justo en una esquina que estaba enfrente a nosotros, un libro estaba levitando y moviéndose de un lado a otro. La mayoría salió corriendo pero solo unos pocos nos quedamos en el salón. Aunque estábamos asustados, también estábamos emocionados. ¡Por fin habíamos visto un fantasma!...Pero la alegría se esfumó, cuando, de repente, la figura que sostenía el libro, se dejó ver. Un frío intenso recorrió nuestros cuerpos, era un niño, de no más de ocho años. No nos miraba, solo caminaba de un lado a otro leyendo, o fingiendo que lo hacía. Nuestra valentía se esfumó ante el espanto y salimos corriendo y gritando del salón. Después de unos minutos, yo, Sara, Xavi y Rubén entramos nuevamente al salón, pero esta vez no había nada.

-Sara dijo: He chicos qué susto nos hemos llevado.
-Si, contestamos Xavi, Rubén y yo.

Aquel niño fantasma no volvió a aparecer, y el salón tardó tres semanas en volver a ocuparse, pues nadie quiso volver a entrar.

Esta historia la copió Mario Calleja de las que corren por Internet

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