lunes, 21 de junio de 2010

EL SARGENTO MERMELADA

En un bonito país llamado el país del Buen Sabor, todos vivían felices, excepto en la ciudad Fosquito. Se cuenta que en la ciudad Fosquito toda la gente era malvada y también se dice que querían destruir el resto del país. En realidad era solo una leyenda, los mejores guerreros del mundo iban allí pero ninguno volvía.

Lo que el resto de habitantes del país del Buen Sabor no sabían era que la leyenda era cierta, y además también estaban consiguiendo miles de tropas junto a un arma secreta, un Fosquito gigante, con multitudes de armas muy peligrosas.

Mientras, en la ciudad Desayuno, un chico llamado Sargento Mermelada tenía una visión en la que había una gran luz diciéndole: “Avisa al país, la leyenda es cierta”.

El Sargento Mermelada hizo lo que la luz le dijo. Esa misma noche tuvo otra visión que le decía:
-Tenéis tres meses para prepararos, formar defensas conseguir tropas y recuerda estas palabras “si avaricia tienes tu país estará perdido”.

Al día siguiente, todo el país hizo lo que la luz le dijo al Sargento Mermelada.

Pasó el tiempo y sólo quedaba un día para la gran batalla, en ese momento llegó el arma secreta, un osito Aribo gigante. Entonces, el Sargento Mermelada tuvo otra visión. Esta vez la luz decía: “Debes infiltrarte en el Fosquito gigante y hallar su corazón, y después destruirlo”.

Llegó la hora de la gran batalla sabían que el osito Aribo no vencería al Fosquito pero esperaban que le mantuviese ocupado el tiempo suficiente para que el Sargento Mermelada destruyese su corazón.

El plan había empezado pero lo que el Sargento Mermelada no sabía era que un dragón dentro del Fosquito gigante no le dejaba entrar. Pero el Sargento Mermelada no se dio por vencido. El dragón le tiró una vez y otra vez al suelo, pero cuando el Fosquito gigante se movió, resbaló con la mermelada que había en el suelo. El Sargento Mermelada siguió y encontró el corazón del Fosquito gigante, pero en ese mismo momento el osito Aribo caía y el Sargento Mermelada tenía poco tiempo. Al lado del corazón vio unos 100.000 millones de euros. Él no era avaricioso, pero pensó en lo que ayudaría a los pobres con ese dinero. Se acordó de una cosa “si avaricia tienes tu país estará perdido”.

Entonces, simplemente golpeó el corazón y se destruyó. En ese momento la luz se hizo real y teletransportó al Sargento Mermelada donde estuviese a salvo. Entoces la luz le dijo:
-Has hecho bien, en agradecimiento te puedes quedar con todo el dinero.

El Sargento Mermelada se despidió de la luz y empleó el dinero para ayudar a los pobres.
Y así al mismo tiempo que salvó el país del Buen Sabor ayudó a los pobres.
Esta historia se sigue contando y se dice que los malvados algún día volverán.
David de Castro

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bien expresado, David !