Mota del Marqués

  Mota del Marqués es el pueblo de mi padre. En la zona baja hay un río pequeño y seco como las piedras. Más arriba hay casas y la plaza del ayuntamiento. La plaza es pequeña como mi clase, bueno es un poco más grande. La verdad es que el pueblo no tiene muchos habitantes, unos cuatrocientos cincuenta, entre ellos mis primos segundos y mis tíos segundos.

  En la cima de la montaña está el castillo de la Mota, todavía no he subido hasta él pero de lejos también es muy bonito. Está en reforma porque se cae a cachos, sólo hay unos andamios para sostenerle hasta que le pongan paredes y que al menos se mantenga en pie.

  Mis tíos juegan a las afueras del pueblo a un juego que llaman “la chana” y que consiste en poner un cuerno en el suelo y desde lejos lanzar un tronco con el que tirar el cuerno. En la ciudad no se puede jugar a esto, por esa razón, y unas cuantas más, me gusta ir a Mota del Marqués, o como nosotros la llamamos simplemente Mota.

                                                                                              Alberto Hernández Cantero