Vivía una vez, en el centro de la selva, una tribu de hombrecitos. Tenían miedo de que los hombres de la ciudad les robasen el tesoro que tenían escondido en una pirámide de piedra de sus antepasados. Si el jefe se enteraba que habían cogido el tesoro mataba a los hombrecitos. El jefe era alto, flaco y tenía los ojos verdes, le llamaban Chincumpan.
Beatriz Vielba 3ºA
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