Hace muchos, muchos años, había
un tesoro escondido en el mar. El tesoro lo custodiaba el Dios del mar Oleón,
con la fuerza de las olas y la fiereza de un león. Tenía una larga barba y un
largo pelo ondulado que se confundía con las olas, dos musculosos brazos con los que cogía un
tridente de oro heredado de sus antepasados. Era alto, guapo y listo.
Un día los buscatesoros, liderados por el
pirata Mangantín, intentaron arrebatarle el tesoro. Él, ideando un plan, evitó que le robaran el tesoro. El tesoro estaba formado por animales marinos
cubiertos de finas capas de oro.
El plan de Oleón fue así: Oleón
distraía a Mangantín y sus buscatesoros mientras los guardias de Oleón se
llevaban el tesoro a otro mar. Cuando el tesoro estaba en otro mar, el Dios
Oleón se trasladaría al mar donde estaban sus guardias y el tesoro.
Alfonso Martín 3º
No hay comentarios:
Publicar un comentario