-¿Por qué no hacemos una casa en el árbol y nos reunimos a jugar, estudiar…? -dijo Vanesa.
-¡¡¡¡Sí!!! -respondieron todos.-¡Yo tengo tablas!-dijo Alejandro.
-¡Mi padre tiene clavos y herramientas, seguro que nos las deja!-dijo Jorge.
-¡Yo tengo telas de mi vestido de Navidad!-dijo Marina.
-¡Yo pongo mi árbol y algunas alfombras y estanterías!-dijo Vanesa.
En cinco días la casa estaba terminada.
Era la mejor forma de estar todos juntos y pasarlo bien.
Un día los papás de Vanesa tuvieron una pésima idea, decidieron talar el árbol.
Los muchachos cayeron en una tremenda desilusión, todo el rato se encontraban tristes.
Los papás de Vanesa, al ver la tremenda desilusión de los muchachos decidieron darles una muy buena noticia.
Reunieron a los cuatro amigos y les comunicaron una excelente noticia.
-Pequeños, hemos decidido no cortar el árbol y dejar que podáis seguir disfrutando de vuestra pequeña casa.
Los muchachos dieron saltos de alegría y tuvieron una excelente idea: celebrarlo con una gran fiesta.
-¡Yo pongo música y refrescos!- dijo Marina.
-¡Yo chuchees y patatas fritas!- dijo Vanesa.
-¡Yo adornaré la casa con globos de colores! – dijo Jorge.
Alejandro tuvo una excelente idea:
-Traeré unos viejos sacos de dormir que tengo en casa y pasaremos aquí toda la noche.
Tuvieron una gran fiesta, comieron, cantaron y jugaron a muchos juegos.
Ésta fue la primera gran fiesta, pero no la última.
Ahora, mayores, aun quedan en la casa del árbol, pero los que juegan ahora son sus pequeños seis hijos que son los que mantienen la tradición de sus papás.
LUCÍA
1 comentario:
Lucia tu cuento esta muy bien pero,es muy triste lo de que van a tallar el arbol no talar, bueno el caso es que esta muy bien.
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