viernes, 6 de marzo de 2009

EL SEÑOR PIES GRANDES


Había una vez un señor que corría mucho, se llamaba Pies Grandes. Era un caminante sin camino: “no sabía a dónde iba”. No paraba de andar y correr. Por eso tenía los pies tan grandes y tan desarrollados.
Era muy fácil de reconocer porque siempre vestía así: con camiseta, pantalón y calcetines de color muy parecido al oro. En su mochilita de la cintura llevaba un cuaderno, un bolígrafo, unos prismáticos, unos carretes de fotos y, claro, con su cámara. Tenía muchas pecas en sus mejillas, unas gafas negras y sus ojos eran verdes.
Su guía hindú era Gandhi. Gandhi vestía un turbante blanco, un traje azul claro y unas sandalias, su chaqueta tenía muchos botones. Gandhi le estaba guiando al templo Taj Mahal.
De pronto, vio como un zapato de Pies Grandes se acercaba a una pequeña hormiga, que si no hacía algo iba a ser aplastada.
-¡Ehhhhhhhh! cuidado no la pises- dijo Gandhi que se agachó y la cogió entre sus manos.
-Mira qué bonita que es y cómo se mueve, hoy sólo es una pequeña hormiga pero, ¿quién sabe?, mañana puede ser una gran elefante o una niñita preciosa.
Pies Grandes se quedó sorprendido por lo que dijo a Gandhi que no entendía nada de lo dicho. Como Gandhi vio esa cara tan rara, le explicó que en la India creían en la reencarnación de cada ser vivo y por eso respetan a todos los animales por igual.
Diego Álamo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ha sido bueno,yo tambien creo lo que dice este cuento.Los indios son muy raros,me ha gustado

DescargAll-Español dijo...

me ha gustado mucho el cuento en general pero lo que mas me ha gustado ha sido gandhi