lunes, 23 de marzo de 2009

LA FUTURA DIOSA DE LA NATURALEZA

Esta es la historia de Ceres , la Diosa de la Naturaleza, y su hija Proserpina.
Ceres, había decidido enseñar a Proserpina como ser Diosa de la Naturaleza.
Un buen día le dijo a su hija:

-Hoy empezaré a enseñarte como ser una buena Diosa de la Naturaleza para cuando me sustituyas.
Proserpina rápidamente asintió con la cabeza.
-Lo primero que te enseñaré es cómo transformar una flor mustia en una flor viva y colorida, dijo Ceres.
Ceres movió su mano hacia arriba y la flor mustia fue cogiendo color y volviendo a la vida.
-Ahora hazlo tú, dijo Ceres a su hija.
Proserpina hizo lo mismo que su madre, y… ¡le salió a la primera!
Entonces Ceres levantó los brazos y todo el bosque cogió un color anaranjado y marrón, como en otoño.

Proserpina lo intentó pero no pudo, así que su madre le dijo:
-Tienes que poner más confianza y más entusiasmo.
Proserpina puso mucha confianza y lo consiguió. Ceres le dio la enhorabuena y le dijo que a continuación le enseñaría otra cosa. Le dijo que para ser Diosa de la Naturaleza hay que amar a los árboles y a los animales por encima de todas las demás cosas.
Fueron al bosque y vieron un pequeño cervatillo perdido y herido.
-Ahora con mis poderes curaré su herida y le ayudaré a buscar a su madre- dijo Ceres.
Ceres le enseñó como hacerlo y Proserpina, aunque tardó un poco más, al final lo consiguió.
-Muy bien, veo que te estás empeñando mucho con esto. Bueno, esto es lo último que te enseñaré para ser la diosa de la naturaleza. Tendrás que estar siempre alerta del día que es, porque cada día tienes que cambiar un poco la naturaleza
como por ejemplo: a finales del invierno ya tienes que dejar que salga el sol y haga calorcito o en la playa tiene que haber siempre una brisa húmeda pero a la vez calentita y sobre todo nunca juegues con el tiempo, por ejemplo no se te ocurra que nieve en un día caluroso de verano.
Proserpina entendió y memorizó todas las palabras de su madre y para que estuviera orgullosa de ella le hizo una demostración de cada enseñanza. Ceres vio que sería una buena diosa y muy responsable.
Pasaron los años y llegó el día que Proserpina la nombraron Di
osa de la Naturaleza. Ese día al decir las enseñanzas, Proserpina las dijo perfectas y al colocarle la Corona se le escapó una lágrima de emoción y a Ceres también. Desde aquel día Proserpina fue una excelente Diosa de la Naturaleza como su madre había querido.
Clara García

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