sábado, 5 de diciembre de 2009

UN VIAJE QUE TE CAMBIA LA VIDA

Había una vez un niño que se llamaba David y nunca ahorraba energía. Cuando iba a comer o pasaban muchos minutos y hasta horas, dejaba la luz de su habitación encendida. Yo creo que lo hacía porque sus padres no le castigaban aunque dejara la luz encendida. Sus padres le consentían todo y le compraban todo lo que quería. En resumen, estaba mimado. Iba a un colegio normal y él era el jefe de una pandilla de cinco niños matones. Un día la profesora, vio en Internet un cartel que decía:

UN VIAJE MÁXIMO 25 NIÑOS CON MONITOR/RA PARA CONOCER CÓMO VIVEN LOS AFRICANOS Y VIVIR 15 DÍAS COMO ELLOS.

La profesora pensó al instante: “Esto es una cosa única en la vida, hay que hacerlo”.

Al día siguiente en clase les dio el papelito para la autorización de sus padres:

- Seño, esto es muy caro y son muchos días- dijo un niño.

- Nenaza, eres pobre y tienes miedo de estar sin tus papás, bua bua.-dijo David.

- Parad ya. David, sin recreo. Sigamos. Cuesta 1.000 euros y será del 1 al 15 de Noviembre porque es cuando menos calor hace en África.

A todos los de la clase les dieron autorización y entregaron el dinero a la profesora. Todos esperaban impacientes el día de partir aunque todavía quedaran 15 días. El día 1, a las 7:00 partieron del colegio hacia Barajas. A las 8:00 llegaron a Barajas y dos horas más tarde subieron al avión. Su primera parada fue en Marruecos, luego a Mauritania, Senegal, Nigeria, Angola, Namibia y así hasta 7 países, comiendo como los africanos, vistiendo como africanos, bailando como africanos y si te hacías una herida te la curaban con métodos africanos, (algunos eran mejor que los nuestros). Descubrieron que lo importante no era sólo tener y tener.

En el viaje de vuelta a casa todos tenían remordimientos y a su vez el estómago revuelto por gastar tanta energía, dinero y otras cosas comprando por comprar mientras otros no tienen qué comer, como las personas que habían visto en este viaje de 15 días. Cuando llegaron del viaje y volvieron en autobús a su colegio, todos los padres y algún que otro abuelo de los niños estaban allí. Al día siguiente en el colegio, en clase sólo hablaron del viaje. Y a David el viaje le había dado tantos remordimientos que en los años siguientes se convirtió en un defensor del ahorro de la energía. También disolvió la pandilla y ya no se metía con los niños. Ahora les ayudaba con cualquier problema.

Cuando los padres fueron a hablar con la profesora, ella dijo:

-Se nota el cambio, ahorra energía.

Yo os propongo que todos ahorremos energía por los niños de África.

Julio Diez Tomillo

4 comentarios:

Andrea hernando dijo...

muy chulo julio

Unknown dijo...

ESTA BIEN LA HISTORIA Y OJALA A NOSOTROS NOS TOCARA UNA EXCURSION DE 15 DIAS ¡ASI NOS PERDERIAMOS CLASE BIEENNN!!!!

Fernando dijo...

yo tambien me quiero perder clase pero Julio no me gusta la historia

Anónimo dijo...

Muy bien expresado y está muy bien hecha y escrita la historia(cuento)