Su tío se alegraba mucho de verle, pero José a él no. Su tío al verle así decidió contarle una historia que trataba de un hombre que recorrió muchísimas ciudades hablando de otro hombre que ayudaba a todo el mundo y siempre estaba a nuestro lado y que nunca, nunca nos abandonaba hasta en los momentos más difíciles (seguro que sabes quién es). A José le gustó mucho la historia, tanto que le dijo a su tío:
- Tío, me ha encantado la historia pero... ¿cómo se llama ese hombre?
Su tío respondió:
- Hum... La verdad no sé si te importaría mucho porque como a ti no te gustan esas cosas...
- Pero tío, es que esta historia me ha encantado y si no me lo dices me quedaré con las ganas de saberlo.
Su tío en vez de contestarle sacó de su bolsa un libro muy gordo y se lo entregó.
- Tío ¿pero qué es esto? Primero me cuentas una historia superemocionanre; luego te pregunto cómo se llama el personaje y no me contestas; después me das un superhiperlibraco y seguro que con la intención de que me lo lea. ¿Que será lo siguiente?... No, espera, no contestes que lo sé: saltarás por la ventana y te irás ¿verdad?
-No, eso no, pero te explicaré que es el "superhiperlibraco".
Cuando su tío terminó de explicarle lo que era aquello le dijo:
- Te lo regalo, es para ti.
- Muchísimas gracias, tío, en serio.
Cuando su tío estaba apunto de marcharse le dijo:
- Escucha, José, estas dos semanas me voy a un país de África para ver su situación ¿te gustaría venir conmigo?
José aceptó y se fue con él. De mayor decidió que iba a ser misionero.
Lorena Martín
1 comentario:
Lorena, ¡Está genial¡ Me hencanta y además es muy bonito. FELICIDADES.
Publicar un comentario