Cuando entraron en casa

Al día siguiente, se despertaron muy temprano, desayunaron y fueron de ferretería en ferretería. Como no encontraban ningún tornillo fueron a casa de su abuelo. Al final encontraron el tornillo, la tuerca y la arandela que necesitaban en casa del abuelo. Más tarde, exactamente después de comer fueron a intentar arreglar el cabecero de la cama. Bueno antes de empezar quitaron la almohada, los cojines, la mesilla de noche y ¡cómo no! el colchón. El somier fue lo último que quitaron.
Miguel y Ana quitaron los tornillos y Laura y David le ayudaron a empujar, depués de una hora consiguieron arreglarlo y ¡cómo no! después de un duro trabajo tocaba un descanso, pero antes de descansar tenían que poner el somier, el colchón, la almohada y los cojines y al final ¡cómo no!, el descanso. Se tomaron una Fanta de sabor a naranja, luego un bocadillo de salami y la cama ya estaba lista para irse a dormir.
Laia Díaz Fidalgo
1 comentario:
Laia me ha parecido... cómo decirlo...¡Muy caluroso! Está perfecto sólo un pequeño fallo repites mucho ¡cómo no!
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