domingo, 4 de enero de 2009

LA GOTA PERDIDA


Había una vez un grupo de gotas muy unido. Pero un día llovió y todas las gotas empezaron a caer de la nube en la que vivían. Todas cayeron en un gran río pero al cabo de un rato consiguieron salir del agua. Excepto una gota llamada Dorinda que justamente era la más pequeña de todas las gotas. Siguió nadando y nadando hasta que llegó a una orilla que no le resultaba nada familiar. Entonces entendió que se había perdido y no volvería a su casa nunca. Entonces empezó a llorar y pasaron las horas y seguía llorando, cuando entonces vio a un copo de nieve que se acercaba y le dijo:
-¿Por qué estás llorando?
Dorinda le respondió que se había perdido. El copo de nieve le preguntó cómo se llamaba y Dorinda respondió:
-Me llamo Dorinda ¿y tú?
-Yo me llamó Blanco; encantado de conocerte. Y creo que te voy ayudar a buscar a tu familia.
-¿De verdad? -contestó Dorinda.
-Claro que sí, venga en marcha.
Y empezaron a caminar, y se encontraron a la tormenta que las había echado de la nube y le preguntaron.
-¿Has visto al resto de gotas de la nube? ¿Dónde han caído?
La nube contestó:
-Sí, han caído en lo alto de la montaña.
-Muchas gracias tormenta.
Siguieron su camino hasta lo alto de la montaña. De repente Dorinda chocó con una bola de granizo. Dorinda le preguntó:
-¿Estás bien? ¿Cómo te llamas?
-La bola de granizo le contestó: estoy bien y me llamo Kevin, ¿y cómo te llamas tú?
Dorinda contestó:
-Yo me llamo Dorinda.
Kevin dijo:
-He oído hablar de vosotros. Sois dos amigos que vais en busca de la familia de Dorinda y me encantaría buscarla con vosotros.
-¿De verdad? -contestaron a la vez Dorinda y Blanco.
-Sí, por supuesto.
Y todos se pusieron a reír. Entonces Dorinda y Blanco se dieron cuenta de que al reírse Kevin parecía un cerdito. Siguieron su camino y entraron en un túnel muy, muy, oscuro. De repente oyeron una voz que decía:
-¿QUÍEN OSA ENTRAR EN MI GUARIDA?
Todos empezaron a correr como locos por todo el túnel y de pronto oyeron la misma voz que decía:
-Tranquilos, no tenía intención de asustaros.
Entonces salió de la oscuridad una pequeña nube en forma de niebla y encendió las luces. Entonces vimos que el túnel sólo era una gran tienda.
La niebla nos preguntó:
-¿Cómo os llamáis?
Dorinda respondió:
-Yo me llamo Dorinda, él se llama Blanco y la bola de granizo se llama Kevin. Pero nosotros le llamamos Kevin 347 y vamos en busca de mi familia.
La niebla contestó:
-Yo me llamo Gita y os dejo coger todo lo que necesitéis para vuestro viaje.
-¡Muchas gracias!- dijeron a la vez Dorinda, Blanco y Kevin 347.
Dorinda empezó a coger provisiones de toda clase: chuches, zanahorias, refrescos, galletas, mermelada, verduras, frutas y mucho más. Y Blanco y Kevin347 cogieron toda clase de herramientas para escalar una montaña: pasamontañas, cuerdas, piolet, botas, cascos y trajes especiales.
Entonces se despidieron de Gita y se fueron a escalar la montaña.
-Seguro que no se agotan las provisiones- dijo Dorinda.
-Y tenemos suficientes utensilios para escalar la montaña- dijo Kevin 347.
Entonces siguieron su camino hasta llegar a la montaña. Al llegar empezaron a escalarla sin pensarlo dos veces. Escalaron y escalaron hasta llegar a la cima. Al llegar a la cima Dorinda vio a su familia.
-Creíamos que te habías perdido para siempre- dijo su madre.
-Mamá, ¿pueden subir a la nube mis nuevos amigos Blanco y Kevin 347?
-Por supuesto, pero será mejor que se den prisa porque nos vamos ya.
-Gracias mamá.
Dorinda fue corriendo a decírselo a sus amigos y dijeron que sí y subieron con ellos a la nube.
Y vivieron felices y contentos.
CLARA GARCÍA