Sandra es una niña de diez años que vive
en Valladolid.
Sandra sueña con ser astronauta para poder viajar por el espacio y vivir apasionantes aventuras. Le gusta jugar con Paula y Marta imaginando que están al mando de importantes misiones espaciales. Ha escrito muchas cartas a la Nasa, pero no la han contestado. Pero un día, cuando estaba en el patio del colegio Cristo Rey, recibió una carta de la Nasa.
en Valladolid.
Sandra sueña con ser astronauta para poder viajar por el espacio y vivir apasionantes aventuras. Le gusta jugar con Paula y Marta imaginando que están al mando de importantes misiones espaciales. Ha escrito muchas cartas a la Nasa, pero no la han contestado. Pero un día, cuando estaba en el patio del colegio Cristo Rey, recibió una carta de la Nasa.
-¡Hurra, me han elegido para realizar una importante misión en el espacio!- exclamó Sandra delante de todas sus amigas.
Al cabo de unos días, Sandra se encontraba delante de una nave espacial.
Esa misma tarde, Sandra ya estaba a los mandos de la nave espacial con los otros astronautas.
-¡DIEZ, NUEVE, OCHO, SIETE, SEIS…!- se oyó por el altavoz de la nave, mientras Sandra, emocionada, ponía el dedo sobre el botón de despegue- ¡CINCO, CUATRO, TRES, DOS, UNO, Despegue!...
Sandra apretó el botón... Brumm, brumm, la nave se elevó.
-¡DIEZ, NUEVE, OCHO, SIETE, SEIS…!- se oyó por el altavoz de la nave, mientras Sandra, emocionada, ponía el dedo sobre el botón de despegue- ¡CINCO, CUATRO, TRES, DOS, UNO, Despegue!...
Sandra apretó el botón... Brumm, brumm, la nave se elevó.
Al principio todo iba bien, pero luego al final veía una especie de gran piedra. A medida de que se iba acercando, Sandra se iba desesperando, hasta que… ¡cataclac!
-¡Estamos perdidos!- gritaron todos a la vez.
Al poco rato un motor dejó de funcionar.
-¡Atención, atención! aquí Sat21 llamando a Tierra. ¡Necesitamos ayuda!
-Aquí Tierra- respondió una voz intentando tranquilizarlos- para no perder el control, sólo tenéis una solución: reparar el motor desde el exterior de la nave.
Sandra sin pensárselo dos veces se puso el traje espacial. Salió de la nave y empezó a reparar el motor.
-¡Listo!- avisó a los controladores. Y se subió a la nave.
-¡Listo!- avisó a los controladores. Y se subió a la nave.
Al regresar a la Tierra una multitud de periodistas, amigos, familiares la esperaban gritando todos entusiasmados:
-¡Viva Sandra! ¡Es nuestra heroína!
2 comentarios:
El cuento ha sido bonito,pero no has dado muchos datos de la nave.Por ejemplo:no sabemos como se llama la nave al principio. Al final no sabia si era el planeta,la nave o halgo.En consecuencia ha sido un poco lio.
No ha dado datos de como arreglo el motor, de como es la nave de lo que les paso con la rocade ha donde furon de si le costo arreglar el motor.Si lo dijera mejor.
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