Una tarde de primavera, Laura iba hacia casa. Al ver que llegaba tarde para merendar empezó a correr. A medio camino, se tropezó:
-¡Ay! Qué daño me he hecho.-murmuró Laura-, ¿Qué será esto?
Laura se acercó más:
-¡Pero si es un duende!- exclamó Laura sorprendida-¡Qué mono es!
-Mono no, soy el Sr Tumnus- dijo aquel pequeño duende- y... ¿con quién tengo el placer de hablar?
-¿Vaya! Qué educado. Me llamo Laura- añadió- ¡Oh, no!
-¿Qué pasa?- dijo Tumnus.
-Tienes un chichón, te llevaré a mi casa para curarte- siguió Laura.
Laura y el Sr Tumnus se fueron a casa.
-¿Hola mamá! Ya estoy en casa- dijo Laura.
-Muy bien hija- añadió su madre.
-Ven, Sr Tumnus, espera aquí, voy a por un algodón y un poco de agua oxigenada, ¿vale?- siguió. Laura.
-Sí. Vaya ,nunca había visto un palacio tan grande- dijo Tumnus.
-Pues esto es todo mio- dijo Laura- A ver esa cabeza... ¡Muy bien Sr Tumnus! Ya le está bajando la inflamación.
-Gracias Laura. Eres muy simpática, ¿me vendrás a visitar al subsuelo algún día?- dijo el duende.
-¡Claro! Y tú también serás bienvenido aquí - siguió Laura.
-Está bien. Bueno, amiga Laura, ya nos veremos- contestó el Sr Tumnus.
El Sr Tumnus se despidió de Laura dándole un fuerte abrazo.
Sara Casado
2 comentarios:
Me parece un relato interesante y muy bien explicado,los diálogos muy bien llevados.
Gracias, no se quién eres, pero gracias.
Publicar un comentario